-Son letras muy pequeñas -dice -No consigo distinguirlas bien.
Lo intento, pero no llevo mis gafas de leer, me disculpo.
-No tiene la menor importancia -dice él -. ¿Quiere saber una cosa? Creo que Dios también tiene la vista cansada: no porque sea viejo, sino porque lo ha elegido. De ese modo cuando alguien hace algo malo, Él no consigue verlo bien y acaba perdonando a la persona, pues no quiere cometer a una injusticia.
-¿Y en cuanto a las cosas buenas? -pregunto.
-Bueno, Dios nunca olvida sus gafas en casa- dijo riendo, y se alejó.
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